El domingo de Resurrección, durante la Eucaristía, pudimos celebrar y agradecer con inmenso fervor a quien da sentido a nuestra vida: Jesús Resucitado.
Ofrecimos al Señor unas coronas que fueron de espinas y durante la Cuaresma y la Semana Santa se han revestido de rosas con nuestras buenas obras hacia los demás.
Que esta fiesta de acción de gracias y alegría nos anime a vivir una profunda relación con Dios; enséñanos Señor a comprender los signos de tu presencia, en todos los que se cruzan en nuestro camino.
¡¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN!!