Hemos comenzado el mes de Mayo, un mes dedicado a la Madre del Cielo, la Virgen Santísima; mes de las flores, mes de la luz, mes de la esperanza, mes de MARÍA.
A lo largo de este mes, tengamos a María presente en nuestro corazón y en nuestros hogares, entregándole un ramo de Rosas de oración. Se trata de que nos esforcemos por vivir como hijos suyos.
Mirar a María como a una madre: contarle todo lo que nos pasa: lo bueno y lo malo. Saber acudir a ella en todo momento.
Demostrarle nuestro cariño: hacer lo que ella espera de nosotros y recordarla a lo largo del día.
Confiar plenamente en ella: todas las gracias que Jesús nos da, pasan por las manos de María, y es ella quien intercede ante su Hijo por nuestras dificultadas.
Imitar sus virtudes: esta es la mejor manera de demostrarle nuestro amor.
Debemos darle un lugar especial a María porque es nuestra Madre, la madre de todo el mundo y porque se preocupa por todos nosotros, intercediendo incluso en los asuntos más pequeños.
Por eso se merece todo un mes en su honor.
¡¡Gracias Madre por tu compañía tan llena de ternura!!